| Hombre de 35 años logra detección oportuna de cáncer de testículo.
• La información de la campaña animó a la exploración que permitió detectar a tiempo de curación un tumor que no había presentado signos de alerta reconocibles.
• Los hombres deben palparse los testículos una vez al mes para detectar cambios que alerten sobre cualquier enfermedad en marcha.
Jonathan salió del baño asustado como si hubiera visto un fantasma. Lucía pálido y apenas logró tener fuerzas para decir a su novia las cuatro palabras que nunca olvidará: “Creo que tengo cáncer”.
Hacía tres días, un grupo de whatsapp compartió la imagen de la campaña de la CCSS sobre el cáncer de testículo. Los amigos habían reinterpretado el mensaje en clave de humor diciendo“… el huevo duro es malo”. En ese momento, él no habría imaginado que ese chiste le cambiaría la vida.
En la imagen adjunta, un hombre joven se palpa los testículos y el texto advierte: “En testículos, suave es bueno; duro es malo”. El mensaje recomienda la autoexploración una vez al mes en búsqueda de cambios irregulares, entre ellos la sensación de dureza.
La campaña tuvo gran éxito en redes. Alcanzó a más de un millón de personas según las métricas del Facebook institucionales, este sin contar a las personas que conocieron el mensaje porque, como en el caso de Jonathan, la gente lo compartió por otras vías.
El cáncer de testículo no es tan frecuente, en comparación con otros tipos de cáncer, pero sí es el cáncer que más afecta a hombres jóvenes. Según los estudios de la CCSS, basados en los datos del Registro Nacional de Tumores, cada mes hay ocho nuevos casos de cáncer de testículo y muere un paciente por esta causa.
La estadística también revela que el 85
e casos ocurre en hombres entre los 15 y 40 años. Estos datos confirman que la enfermedad sí impacta a la población joven, edad que, usualmente, no está relacionaba con el cáncer y, por esa razón, puede haber baja conciencia de la importancia del cuidado personal, dice el médico Alejandro Calderón, del Proyecto de Fortalecimiento de la Atención del Cáncer.
La campaña se lanzó porque la oportunidad de vida aumenta si el tratamiento comienza a tiempo, cuando el cáncer está encapsulado o cuando todavía no se ha extendido por el cuerpo.
El mensaje busca que el hombre detecte anormalidades, aunque no tenga síntomas de preocupación reconocibles. Según la literatura médica, la gran mayoría de las alertas por cáncer de testículo es reportada por el propio paciente. El ultrasonido muestra las anomalías y, tras la cirugía, se confirma el diagnóstico con estudios tomados directamente de la masa crecida.
Como es el propio paciente el que reconoce el problema, los expertos recomiendan a los hombres saludables a palparse tras una ducha caliente, cuando el escroto está más relajado, así, podrá examinar suavemente cada testículo, palpando en busca de bultos duros y luego comparar ambos en busca de diferencias. Esto, con el objetivo de hacer detección temprana y aumentar las posibilidades de sobrevida.
El abogado de 35 años sonrió cuando recibió la imagen y se divirtió con los comentarios jocosos, pero tres días después, estaba realmente impactado: al explorarse detectó un testículo duro y, por primera vez, notó que además era muy grande en comparación con el otro.
Corrió al internet a buscar más información y después decidió ir al médico de emergencia. Una semana después entró al quirófano, tras haber confirmado el diagnóstico: cáncer in situ. Por dicha, el cáncer todavía no se había salido del testículo ni extendido por el cuerpo. Además, por sentido de prevención, dado lo grande que resultó el tumor, la oncóloga recomendó una dosis de quimioterapia, con la idea de barrer alguna célula maligna que hubiera quedado perdida por allí.
De todos los escenarios posibles, el de Jonathan es el mejor: detectar un cáncer cuando está a tiempo de curación y cuando su recuperación total es altísima. Para los médicos, ese caso es el óptimo: descubrir un cáncer a tiempo de curación y con oportunidad de vida. Jonathan seguirá en controles regulares pero su situación es muy ventajosa.
La ventaja estuvo en que él reaccionó ante la información con sentido de autocuidado y se motivó a hacerse el autoexamen. En ese sentido, él se salvó a sí mismo y después también quiso dar a conocer la información que le ayudó a salvarse: él mandó el mensaje a otros contactos del whatsapp, diciéndoles que esta imagen lo había alertado y que él estaba en tratamiento.
La gente le ha dado apoyo y eso también lo ha hecho recuperar su centro emocional y hablar del tema con serenidad y confianza en el futuro. Ahora también le preguntan por lo que sigue. Él les habla de los controles y que su vida, por dicha, sigue normal.
Perder un testículo no afecta la función sexual ni reproductiva. Un hombre con un solo testículo puede tener una vida perfectamente normal, ya que el otro testículo suple todas las necesidades y, generalmente, tendrá una fertilidad adecuada.
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